Las técnicas de lectura rápida nos permiten optimizar el tiempo de lectura, es decir, que nos permiten leer más rápido, pero sin perder comprensión lectora. Están, por tanto, englobadas dentro de lo que conocemos como técnicas de estudio. Por tanto, son una buena referencia a la hora de encarar el cómo estudiar para un examen.
La velocidad de lectura es un factor determinante cuando la cantidad a leer dificulta el estudio. Leer rápido puede ser importante también para evitar que nuestro cerebro acabe distrayéndose, pues procesa la información más rápido que el ojo, así que cuanto más lenta sea la lectura, más posibilidades hay de que el cerebro se distraiga en detrimento de la comprensión del texto.
Técnicas de lectura rápida
Como decíamos, el ojo va más lento que el cerebro, porque se mueve a base de movimientos rápidos y paradas. Esas paradas, son las que enlentecen la lectura, por lo que algunas técnicas están basadas en disminuir el número de pausas en la lectura.
Seguir un objeto
Con el dedo o un bolígrafo, puedes ir marcando dónde debe fijarse el ojo, es decir, pasarlo justo por debajo de la línea que estás leyendo. Se puede regular la velocidad si el texto es suficientemente complejo como para no procesarlo correctamente, pero también se puede ir mucho más rápido que en una lectura normal. Obliga al cerebro a comprender las ideas del texto.
Entrenamiento en lectura espacial
Este método de estudio trata de entrenar el cerebro para rellenar los huecos de las palabras, y que no necesite toda la información para conseguir una lectura eficiente. Para ello una buena forma es, con un folio o una tarjeta, cubrir la mitad inferior o superior de las palabras a leer.
En ESERP te ofrecemos una oferta formativa con más de 100 titulaciones. Tu pones las técnicas de estudio, nosotros ponemos los contenidos que quieres estudiar.

