- Un año más, participamos en el Proyecto Coach impulsado por la Fundación Exit, enfocado a reducir la tasa de abandono escolar temprano.
- La dinámica del proyecto gira alrededor de dos figuras principales: a un/a joven de entre 16-19 años con historial de fracaso escolar, se le asigna un voluntario corporativo que ejercerá de ‘coach’.
- Paula Morales, coordinadora de másteres de la sede Eserp en Mallorca, vuelve a participar como ‘coach’ en la edición de este año
Lograr que los jóvenes estudien más allá de las etapas obligatorias es uno de los objetivos primordiales de las políticas educativas. En España, los datos reflejan el reto que hay por delante: en el año 2020, la tasa de abandono escolar fue del 20,2% en hombres y del 11,6% en mujeres, según datos del Instituto Nacional de Estadística.
En este contexto, nacen iniciativas como el Proyecto Coach, impulsado por la Fundación Exit, con el objetivo de reducir esa tasa de abandono escolar temprano. Y desde hace años eserp forma parte del programa, porque nuestro compromiso va más allá de la educación en las aulas: queremos contribuir a una mayor preparación de los jóvenes y evitar que abandonen sus estudios a edades tempranas.
Eserp más allá del aula: nuestro compromiso con el Proyecto Coach
El Proyecto Coach es una iniciativa de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) que apuesta sobre todo por fomentar la motivación de los jóvenes para evitar el abandono prematuro de la formación: “Lo que queremos es que entiendan la complejidad y exigencia del contexto organizativo actual, que se motiven para definir un objetivo profesional que pueda encajar con sus inquietudes y forma de ser, y así se empoderen en su consecución”, explica Goretti Tur, dinamizadora del proyecto. Y para ello, cuentan con la figura de voluntarios de empresa que se involucran en el acompañamiento a los jóvenes.
Tur tenía clara cuál era su motivación para poder hacer realidad este proyecto: “Nos movían las ganas de sentir que aportábamos nuestro granito de arena a la sociedad, y de devolverle algo al mundo”. Y de ese compromiso compartido, nació la colaboración entre eserp y la Fundación Exit, hace ya siete años.
El Proyecto Coach llevado a la práctica: ¿En qué consiste exactamente?
La dinámica del proyecto gira alrededor de dos figuras principales: a un/a joven de entre 16-19 años con historial de fracaso escolar, se le asigna un voluntario corporativo que ejercerá de ‘coach’. A lo largo de las sesiones, el voluntario le muestra el mundo de la empresa, le ayuda a definir un objetivo personal y profesional, y los pasos que debe seguir para conseguirlo.
Paula Morales, coordinadora de másteres de la sede Eserp en Mallorca, nos ha representado de nuevo en la figura de ‘coach’ en la edición de este año, recibiendo previamente una formación en técnicas de ‘coaching’ por parte de la Fundación Exit. Hemos hablado con ella y con una de las estudiantes que participó en una edición anterior para conocer cómo vivieron la experiencia.
Una experiencia transformadora para la estudiante
Raquel García fue una de las estudiantes que participó en una de las anteriores ediciones del proyecto. Una experiencia que ha sido clave para su futuro profesional: “El programa me ayudó a aclarar mis ideas en cuanto a mi futuro profesional, puesto que dudaba entre diversas profesiones. Después de las sesiones que realicé con mi ‘coach’ Paula, supe que quería ser enfermera”, explica.
Para la estudiante, el papel de Paula fue fundamental: “Ha sido una experiencia muy enriquecedora. Destaco sobre todo el apoyo que he recibido por parte de mi coach Paula, y su gran dedicación a lo largo del proyecto”. Y no únicamente destaca el rol de Paula como algo muy positivo, sino también el ambiente en el que pudo desarrollar su experiencia: “En eserp pude disfrutar de un ambiente muy agradable. Mis compañeros me ofrecieron un gran apoyo en todo momento, y tuve la oportunidad de aprender mucho de ellos”, explica Raquel.
Tanto la dedicación de Paula como ‘coach’, como el ambiente en el que Raquel pudo formarse, fueron claves para que la estudiante pudiera valorar los diferentes escenarios y finalmente ver con claridad hacia dónde quería encaminar su futuro.
Una experiencia gratificante también para eserp
Y no únicamente es una experiencia transformadora para la estudiante, sino que también lo es para eserp. Porque desempeñar el rol de la empresa es también muy gratificante, como explica Goretti Tur: “Salir de la rutina del día a día, sentir que estás aportando valor a una persona, que a través de tu experiencia puedes ayudarla… Es una sensación muy gratificante”. Por otro lado, los ‘coaches’ también aprenden mucho en este proyecto y desarrollan habilidades relacionadas con la inteligencia emocional y la interacción con los demás, que muchas veces suponen un antes y un después a la hora de abordar ciertas realidades.
Algo que vemos claramente reflejado en las palabras de Paula: “Fue una experiencia muy gratificante. Intenté transmitirle a Raquel la importancia de no abandonar sus estudios básicos, para así poder forjar su futuro”. Todo ello sin olvidar la parte emocional de este proceso: “Lo más fácil fue el trato con ella, tiene mucha iniciativa. Además, compartió conmigo aspectos de su vida personal y eso facilitó mucho el proceso”.
Tur explica que esa relación que implica empatía y apoyo emocional, hace que de forma natural se generen lazos emocionales con el ‘coach’. “Es muy bonito ver cómo cada uno se vuelca en el otro”, explica.
El Proyecto Coach en cifras: un impacto social incalculable
Estas experiencias, llevadas a gran escala, tienen un impacto incalculable. Goretti Tur afirma que el 80% de los jóvenes que participan en el proyecto continúan sus estudios, un porcentaje que refleja el éxito del proyecto a lo largo de estos años. Además, destaca uno de los puntos en los reside el éxito del programa: “les muestra cuáles son los caminos profesionales a los que pueden optar, les abre alternativas que, quizás, solo a través de su entorno habitual, no hubieran podido conocer”.
Y desde eserp no podemos estar más orgullosos de poder seguir formando parte de este tipo de proyectos, y seguir contribuyendo a reducir la tasa de abandono escolar temprano. Porque la educación es la base de las futuras generaciones, el punto de partida para construir el futuro que imaginan. Y, en paralelo, desarrollar las carreras profesionales que siempre habían soñado.